Los autónomos y sociedades emiten y reciben facturas en el ejercicio de su actividad. Es el modo en el que quedan reflejadas documentalmente las operaciones y su emisión es obligatoria para la mayoría de ellos.
A partir de dichas facturas, es con lo que se elabora la contabilidad y a través de ésta, los impuestos; de ahí la importancia de que estén correctamente confeccionadas y emitidas y recibidas en los plazos que marca la normativa, y que no es otra en este caso, que el Reglamento de Facturación.
Así, éste señala diferencias en los plazos dependiendo de si el cliente es particular o ejerce una actividad económica, profesional o empresarial:
1.- Si el destinatario es particular, la factura ha de emitirse en el momento del devengo de IVA o lo que es lo mismo, cuando se realiza la operación. El envío de la factura tiene que ser inmediato, en el mismo momento de la emisión.
2.- Si el destinatario de la operación es profesional o empresario, la factura se ha de emitir y hacer llegar al cliente antes del día 16 del mes siguiente a aquel en que se haya producido el devengo del impuesto o la propia operación.
La norma prevé sanciones en caso de incumplimiento de plazos o emisión:
* Si la factura se emite y envía fuera de los plazos establecidos, la sanción consistirá en multa pecuniaria proporcional del 1% del importe del conjunto de las operaciones que han dado lugar a la infracción.
* Si el incumplimiento es debido a la falta de expedición de la factura, la multa se eleva al 2% del importe del conjunto de las operaciones sobre las que no se ha emitido factura o, en caso de que no se pueda determinar dicho importe, 300 euros por cada operación respecto de la que no se haya emitido la correspondiente factura.
* Si se emite una factura falsa, se considera infracción grave y conlleva una multa del 75% del importe del conjunto de las operaciones que hayan dado lugar a la infracción.
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