En el Régimen General, la cuantía de la pensión se determina aplicando a la base reguladora el porcentaje general que corresponda en función de los años cotizados y, en su caso, el porcentaje adicional cuando se acceda a la jubilación con más de 65 años. El importe de la pensión así calculado, no cambia a lo largo de toda la vida del jubilado, más que los incrementos que se aprueben por la Seguridad Social cada año o por el IPC anual.
Para calcular esta base reguladora se suman las bases de cotización a la Seguridad Social del trabajador durante los últimos 180 meses (15 años) y se divide la suma por 210. Las bases de los últimos 24 meses se cuentan por su valor nominal. Las bases de los meses restantes se actualizan conforme a la evolución del IPC.
Si durante el período de los 15 años de cómputo para la base reguladora existen meses en los que no existieran cotizaciones o se hubieran perdido (lagunas de cotización), las bases correspondientes a estos meses serán las bases mínimas de cotización establecidas para estos períodos para trabajadores mayores de 18 años en el Régimen Geneal. Se viene considerando, en general, como la base mínima la correspondiente al SMI incrementado en una sexta parte.
La Ley 27/2011 de reforma de pensiones, que entrará en vigor el 1 de enero de 2013, modificó este criterio, de manera que un trabajador con lagunas puede traerse para completarlas lo cotizado 19 años antes, con el añadido de que dichas aportaciones están actualizadas con el IPC.
Sin embargo, antes de que entre en vigor, el Gobierno ha decidido modificar dicha Ley, volviendo al criterio inicial de integración de lagunas mediante bases mínimas, puesto que, según Fátima Báñez, Ministra de Empleo y Seguridad Social “este criterio conduce a una falta de rigor y de inequidad que perjudica a la esencia del Sistema de la Seguridad Social puesto que tratar mejor a quien no cotiza que a quien lo hace es poner al Sistema en serio riesgo económico y de crédito social”.
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