El pasado 25 de enero, Patronal y sindicatos firmaron un acuerdo -que no tiene valor de ley, pero puede tener más influencia que ésta- sobre la negociación colectiva. Este acuerdo puede suponer un vuelco al marco de las relaciones laborales tal como las conocemos en España, si bien depende de un desarrollo práctico, y quizá un nuevo marco legislativo, que es todavía incierto.
El acuerdo marca la línea a la negociación colectiva y el empuje a los acuerdos de empresa, con la absoluta novedad de la posible inaplicación negociada en la empresa de determinadas condiciones de trabajo pactadas en los convenios colectivos sectoriales. También establece pautas claras para que los salarios se vinculen a la productividad y resultados de la empresa -los complementos variables-, para la flexibilización horaria, el teletrabajo, etc.
El acuerdo intenta reservar una cuota de poder a la negociación colectiva como hasta ahora la entendemos, fijando los convenios sectoriales unos esquemas básicos y dejando a los acuerdos de empresa la adaptación de esos criterios a las necesidades reales.
En este contexto la experiencia y el asesoramiento del gestor puede cobrar gran relevancia, ofreciendo soluciones realmente adaptadas a las necesidades del cliente.
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