El pasado día 6 de junio de 2013 entró en vigor la Ley 4/2013, de Medidas de Flexibilización y Fomento del Mercado del Alquiler de Viviendas, que modifica diversos artículos de la Ley de Arrendamientos Urbanos.
Entre ellos, se encuentran los relacionados con la inscripción del contrato de arrendamiento de vivienda, que suscrito con posterioridad al 6 de junio de 2013 en el Registro de la Propiedad implicará que sólo si se inscribe dicho contrato:
- Éste surtirá efectos frente a terceros adquirentes del inmueble arrendado. Es decir: el nuevo propietario de una vivienda estará obligado a permitir que el arrendatario continúe con su contrato de alquiler si éste está inscrito en el Registro de la Propiedad con anterioridad a la transmisión de la finca; pero si no está inscrito, el comprador de la vivienda no tiene la obligación de respetar el alquiler concertado por el anterior propietario.
- En caso de ejercicio de un retracto convencional, ejercicio de un derecho de opción de compra, apertura de una sustitución fideicomisaria o enajenación forzosa derivada de una ejecución hipotecaria o de una sentencia judicial, el contrato de alquiler no quedará extinguido, como ocurría anteriormente. Aunque en estos casos, la inscripción del contrato de alquiler en el Registro de la Propiedad, tiene que ser anterior a las restantes inscripciones sobre transmisión de la finca, ejecución hipotecaria, etc.
Por tanto, la inscripción del contrato de arrendamiento de vivienda convendrá al arrendatario, siempre que quiera evitar posibles extinciones del contrato por las causas anteriormente señaladas.
Eso sí: hay que ser conscientes de que la inscripción conlleva obligaciones que se añaden a las ya existentes, con su consiguiente coste añadido:
- Elevación a público ante Notario del contrato de alquiler
- Pago del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales
- Depósito de la fianza
- Certificado de eficiencia energética
- Inscripción en el Registro de la Propiedad
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