El plástico es uno de los materiales más comunes de nuestra vida diaria; desde los envases y electrodomésticos, hasta muebles y motores de vehículos. Sin embargo, es especialmente difícil de eliminar.
La producción mundial de plástico se ha disparado en los últimos años: en 1950 era de 1,5 millones de toneladas; 60 años después se eleva a 250 millones de toneladas.
Solo en 2010 se comercializaron 100.000 millones de bolsas de plástico: esto equivale a 200 bolsas al año por cada ciudadano de la UE.
A medida que crece la producción, también aumentan los residuos de plástico. En la actualidad, la mitad de los residuos de plástico de la UE se entierran en vertederos, si bien la Unión quiere eliminar esta práctica de aquí a 2020, pues estos vertederos pueden crear problemas en el futuro, ya que estos materiales contienen componentes peligrosos pudiendo conducir a emisiones nocivas y residuos contaminantes.
Además, los residuos de plástico son una plaga en el entorno marino y representan el 80% de todos los desechos que se encuentran en los océanos y mares del mundo; de hecho, existen varias islas de basuras de plásticos, alguna de ellas de un tamaño 2 veces superior a la superficie de España.
Suponen una auténtica amenaza para la biodiversidad marina y son un vehículo por el que los perturbadores endocrinos entran en la cadena de alimentos y ponen en peligro la salud humana.
La Comisión Europea publicó en 2013 un Libro Verde titulado “Una estrategia europea sobre los residuos de plástico en el medio ambiente” y han sido varias las conferencias realizadas desde entonces buscando una solución a este gran problema mundial.
Es importante conocer el papel destacado que desempeña el plástico en nuestra sociedad, pero también las ganancias económicas que podría suponer un aumento de las tasas de reciclaje de plástico. Si las tasas de reciclaje llegasen al 70% de aquí a 2020, se podrían crear 162.000 nuevos puestos de trabajo en la UE.
En definitiva, es urgente pasar del sistema lineal de hoy en día, donde los productos se fabrican, usan y desechan, a un modelo de negocios circular, en donde se les otorgue una nueva finalidad; para ello, sería cada vez más necesario que los fabricantes se “apropien” de sus productos y tengan en cuenta la recuperación y la reutilización de los plásticos en la fase de diseño, pasando de ser “residuos” a “recursos”.
Nosotros continuaremos poniendo nuestro granito de arena en la reducción de residuos plásticos, así como en su reciclado. Desde Gestoría Henares os animamos a que hagáis lo propio y os unáis a Generation Awake. Echad un vistazo: http://www.generationawake.eu/es
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